La vulnerabilidad de las cadenas de suministro, al descubierto ante la presión de los puntos de estrangulamiento marítimos mundiales

© Shutterstock/Gianfranco Vivi | Vista aérea de las esclusas de Miraflores, en el lado Pacífico del Canal de Panamá.

ONU Comercio y Desarrollo insta a tomar medidas para reforzar las infraestructuras y las operaciones, promover un transporte marítimo con bajas emisiones de carbono y combatir la creciente preocupación por los registros fraudulentos de buques.

La economía mundial, la seguridad alimentaria y el suministro de energía corren un riesgo cada vez mayor debido a la vulnerabilidad de las principales rutas marítimas.

El Informe sobre el Transporte Marítimo 2024 de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) revela que puntos críticos como el Canal de Panamá (que conecta los océanos Pacífico y Atlántico), el Mar Rojo y el Canal de Suez (que une el Mar Mediterráneo con el Océano Índico a través de la Península Arábiga) y el Mar Negro (un importante centro de exportación de cereales) están sometidos a una gran presión.

Una combinación de tensiones geopolíticas, impactos climáticos y conflictos han sacudido el comercio mundial, amenazando el funcionamiento de las cadenas de suministro marítimo.

El comercio marítimo, que creció un 2,4% en 2023 hasta alcanzar los 12.292 millones de toneladas, había empezado a recuperarse tras una contracción en 2022.

Sin embargo, el futuro permanece incierto. El informe prevé un modesto crecimiento del 2% para 2024, impulsado por la demanda de productos básicos a granel como el mineral de hierro, el carbón y el grano, junto con las mercancías contenerizadas.

Sin embargo, estas cifras ocultan retos más profundos. Se espera que el comercio de contenedores, que creció sólo un 0,3% en 2023, repunte un 3,5% en 2024, pero el crecimiento a largo plazo dependerá de cómo se adapte el sector a las perturbaciones actuales, como la guerra en Ucrania y el aumento de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio. Mientras tanto, la oferta de capacidad de portacontenedores creció un 8,2% en 2023.

Las interrupciones en los puntos de estrangulamiento marítimos clave, que aumentaron temporalmente la demanda de buques al alargar las rutas marítimas, han ayudado a aliviar el problema del exceso de capacidad.

Sin embargo, si las rutas marítimas vuelven a la normalidad, el desequilibrio entre oferta y demanda podría provocar un exceso de capacidad de los portacontenedores.

Interrupciones en los principales puntos de estrangulamiento marítimo

Las principales rutas marítimas han sufrido importantes interrupciones que han provocado retrasos, desvíos y costes más elevados. El tráfico a través de los canales de Panamá y Suez, arterias fundamentales del comercio mundial, se redujo en más de un 50% a mediados de 2024, en comparación con sus niveles máximos. Este descenso se debió al bajo nivel de las aguas del Canal de Panamá, provocado por el clima, y el conflicto en la región del Mar Rojo, que afectó al Canal de Suez. Mientras tanto, el tonelaje de los buques que transitan por el Golfo de Adén y el Canal de Suez cayó un 76% y un 70% respectivamente, en comparación con finales de 2023.

El desvío de carga en torno al Cabo de Buena Esperanza (extremo sur de África) se ha disparado, con un aumento del 89% en la capacidad de llegada de buques. Aunque esto ayuda a mantener el flujo de mercancías, aumenta considerablemente los costes, los retrasos y las emisiones de carbono. Por ejemplo, un gran portacontenedores típico que transporte entre 20.000 y 24.000 unidades equivalentes a veinte pies (TEU) en la ruta Extremo Oriente-Europa incurre en 400.000 dólares adicionales en costes de emisiones por viaje según el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) de la Unión Europea cuando se desvía alrededor de África en lugar de utilizar el Canal de Suez.

Rutas más largas, costes más altos

Estas rutas más largas han provocado una mayor congestión portuaria, un mayor consumo de combustible, salarios de la tripulación, primas de seguros y exposición a la piratería. Las toneladas-milla mundiales aumentaron un 4,2% en 2023, incrementando los costes y las emisiones. A mediados de 2024, el desvío de buques del Mar Rojo y el Canal de Panamá había aumentado la demanda mundial de buques en un 3% y la de portacontenedores en un 12%, en comparación con lo que habría sido sin estas interrupciones. Esto añadió una presión significativa a la logística mundial y tensó las cadenas de suministro.

Los centros portuarios como Singapur y los principales puertos mediterráneos se encuentran ahora bajo presión, ya que tienen que hacer frente a la creciente demanda de servicios de transbordo debido al cambio de ruta de los buques. La congestión en estos puertos está añadiendo otra capa de complejidad a las redes mundiales de transporte y comercio.

Los pequeños Estados insulares y las economías vulnerables, los más afectados

Las perturbaciones y el aumento de los costes no afectan a todos los países por igual. Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) y los Países Menos Adelantados (PMA) son los que están sufriendo las peores consecuencias. Un análisis sugiere que si el aumento en las tarifas de transporte de contenedores observado entre octubre de 2023 y junio de 2024, causado por las interrupciones en el Mar Rojo y el Canal de Panamá, continúa hasta finales de 2025, los precios mundiales al consumo podrían aumentar en un 0.6% para finales de 2025. Para los PEID, el impacto potencial es aún más grave, con un aumento de los precios del 0,9%, y los precios de los alimentos procesados podrían subir un 1,3%.

Las economías de los PEID dependen en gran medida del transporte marítimo para sus importaciones esenciales, pero su conectividad marítima ha disminuido un 9% de media en la última década, lo que ha acentuado su aislamiento. Hoy, por término medio, los PEID están diez veces menos conectados a las redes mundiales de transporte marítimo que los países que no son PEID.

Adaptación al cambio climático y refuerzo de la resistencia ante perturbaciones de gran alcance

El informe subraya la urgente necesidad de que el sector marítimo refuerce su resistencia frente a los crecientes efectos del cambio climático y otras perturbaciones. Los fenómenos meteorológicos extremos interrumpen cada vez con más frecuencia las operaciones portuarias y de transporte marítimo, lo que plantea riesgos para la seguridad, retrasa las operaciones y los tiempos de tránsito y aumenta los costes. Estas perturbaciones también tienen implicaciones jurídicas, ya que las empresas deben ahora tener en cuenta los riesgos climáticos en los contratos de transporte marítimo, para minimizar las pérdidas y los litigios, mantener la fluidez del comercio y que los seguros sean asequibles.

Aumentar la resiliencia en los puntos de estrangulamiento marítimos, el transporte y la logística frente a múltiples perturbaciones requiere un enfoque global de todo el sector. Esto incluye la creación de capacidades y las inversiones en infraestructuras, servicios, desarrollo de la mano de obra, tecnología, asociaciones e iniciativas de colaboración.

Acelerar el cambio hacia un transporte marítimo con bajas emisiones de carbono

Dado que las emisiones mundiales siguen aumentando y que la Organización Marítima Internacional (OMI) adoptará objetivos más ambiciosos de emisión de gases de efecto invernadero en 2023, la necesidad de una rápida descarbonización es crítica. Sin embargo, los avances siguen siendo lentos, ya que la transición hacia buques más ecológicos y combustibles bajos en carbono está aún en sus primeras fases. La renovación de la flota se ha visto obstaculizada por la incertidumbre sobre los futuros combustibles y tecnologías. A principios de 2024, sólo el 50% de los nuevos pedidos de capacidad naval correspondían a buques capaces de utilizar combustibles alternativos. Mientras tanto, el desguace de buques más viejos se ha ralentizado debido a las altas tarifas de flete y a la mayor demanda de buques tras el aumento de las distancias de navegación.

Lucha contra el registro fraudulento de buques

Otro problema acuciante es el aumento de las matrículas y registros fraudulentos de buques, que socavan la seguridad, la protección, el control de la contaminación y el bienestar de la gente de mar. A ello se suma una creciente «flota oscura» de buques que opera bajo el radar, eludiendo la normativa internacional. La UNCTAD pide a los Estados miembros de las Naciones Unidas y a las partes interesadas del sector que apoyen activamente la labor de la OMI para combatir estas prácticas fraudulentas.

Principales recomendaciones

Dado que el sector marítimo se enfrenta a retos cada vez mayores, el informe de la UNCTAD insta a coordinar esfuerzos para navegar, adaptarse y prosperar en este complejo entorno. Pide que se aborden las perturbaciones en los puntos de estrangulamiento marítimo, se invierta en un transporte marítimo ecológico y con bajas emisiones de carbono, se mejore la eficiencia y la adaptación de los puertos, se integre la facilitación del comercio para mejorar la conectividad con el interior y se luche contra el registro fraudulento de buques. Además, el informe subraya la importancia de vigilar la evolución del mercado de fletes, evaluando las tendencias de las tarifas del transporte marítimo y sus repercusiones en las economías vulnerables. Tomando estas medidas, los países y sus industrias marítimas pueden construir un futuro más resistente y sostenible.

Fuente : UNCTAD